martes, 8 de noviembre de 2011

Galería






El español de Bolivia – (Lipski Pág. 210- 215)-

Fonética y Fonología
  1. En todo Bolivia se conserva /λ/ como fonema separado, con una articulación lateral que lo opone a /y/. En el habla rápida de las zonas urbanas se produce a veces la reducción a /y/, pero el yeísmo no es general en ninguna zona de Bolivia.
  2. L a pronunciación de /n/ final de palabra varía en toda Bolivia, pero es muy habitual la velarización o la elisión.


El altiplano
  1. En las tierras altas /s/ ofrece una gran resistencia a su desaparición, y se conserva como sibilante en todas las codas sibilantes. La /s/ suele ser apical (con valor sociolingüístico positivo). La /s/ prevocàlica  final de  palabra se sonoriza /z/.
  2. En el nivel vernáculo, la intensa reducción de las vocales àtonas en contacto con /s/crea sílabas en donde la /s/ constituye el núcleo. Esta reducción  en grado extremo está estigmatizada sociolinguisticamente en las zonas urbanas y se asocia a hablantes bilingües
  3. En el habla informal, la combinación de /s/ y de /i/ semivocal puede dar lugar a [š]
  4. La /rr/ múltiple suele ser fricativa o sibilante rehilada, y sus realizaciones fonéticas varían desde dento-alveolar a prepalatal. Entre los estratos socioeconómicos más altos, la pronunciación fricativa está algo estigmatizada. Entre la clases trabajadoras su observa una especie de realización fricativa de /rr/.
  5. /r/ final de sintagma se asibila y frecuentemente se ensordece.
  6. La combinación /tr/  recibe una pronunciación africada.
  7. /x/ fricativa posterior posee una fricción velar audible, y ante las vocales anteriores se aproxima a la región palatal.
  8. /y/ es débil y puede caer en contacto con  las vocales altas.
  9. Se suele elidir /d/ intervocálica, incluso  entre hablantes cultos.
  10. Los hablantes bilingües con poco dominio del español pueden realizar /b/, /d/, /g/ intervocálicas  como oclusivas.
  11. Los hablantes bilingües que no dominan bien el español tienden a reducirle sistema vocálico español al de tres vocales (/i/; /a/, /u/) del quechua y del aimara. Esta confusiòn vocálica sufre un gran estigma sociolingüístico, como en otros lugares de la regiòn andina.


Los llanos (tierras bajas)
  1. En la pronunciación del “llanero” no se produce la reducción de las vocales àtonas, aunque la /e/ final àtona suele elevarse a /i/ en el nivel vernáculo.
  2. /s/ final de sílaba y de palabra se aspira o se elide.
  3. La asibilación de /rr/ y /r/ no es característica de los llanos, así como tampoco la africaciòn  de /tr/. Este rasgo diferencia en parte los llanos de Bolivia del español urbano de Paraguay.
  4. En los llanos la velarización de /n/ es menos frecuente que en las tierras altas.
  5. /b/, /d/, y /g/ intervocálicas se suelen elidir en todos los niveles sociales.


Características  morfológicas

  1. En la mayor parte de Bolivia se emplea el pronombre de sujeto “vos” al menos en algunas circunstancias, pero la elección de del pronombre familiar y de la correspondiente morfología  verbal varía geográfica, sociolingüística y etnolinguisticamente. Aunque no hay estudio definitivo del voseo se pueden hacer algunas generalizaciones. En las zonas urbanas de las tierras altas los hablantes monolingües  de español  emplean  “vos” y “tú”. Cuando se utiliza “vos” casi siempre se combina con las formas verbales correspondientes a “tú”: vos eres, vos tienes, etc. Los hablantes sociolinguisticamente marginados  de lenguas indígenas usan “vos” en vez de “tú”  casi de forma sistemática, pero emplean formas verbales correspondientes a “vos”. En la segunda conjugación predomina  “-is”;  aunque también aparece “-ès”: vos tenìs, etc. La forma correspondiente a “tú” se pueden encontrar hasta en las zonas rurales. En la parte sur de Bolivia en particular en Tarija, aún se conservan las formas  del voseo que mantienen el diptongo etimológico: vos habláis, vos tenéis, etc.

     En el llano boliviano, el voseo se acompaña de las terminaciones “-às”, “-ès” e “-ìs”, el subjuntivo cambia el uso con respecto a la posición de acento en la raíz o en la desinencia, Aunque la última forma habitual: bagas frente a bagas.
  1. En los llanos aparecen los diminutivos en “-ingo” e “-inga” en  el habla popular, aunque no son frecuentes en estilo más formales. Igualmente, se pueden emplear “-ongo”/ “-onga” como aumentativos, aunque están limitados a formas casi fijas.
  2. En todo Bolivia se emplea “Che” como vocativo, como ocurre en Argentina y Uruguay. Muchos bolivianos creen que ha importado directamente de Argentina (o quizás de Paraguay), a causa de las fronteras comunes y como resultado de la fuerte influencia de la cultura popular de Argentina (películas y televisión) en Bolivia.
  3. Entre los hablantes de quechua se adjunta el sufijo posesivo “-y” a las palabras españolas para dotarlas de un tono afectivo. Cuando se combina con el sufijo diminutivo español “-ito”, se intensifica ese efecto: berminatay, “querida hermana”, corazoncitoy, etc.



Caracterìsticas sintácticas


Las innovaciones sintácticas del español de Bolivia están casi enteramente ligadas a la interacción bilingüe con las lenguas indígenas, en especial con el aimara y el quechua. En los niveles bajos de fluidez del español se encuentran discrepancias en la concordancia morfológica y en el orden de las palabras, mientras que entre los bolivianos que hablan el español con fluidez se han implementado firmemente en la lengua algunos esquemas:
1) Los clìticos del objeto manifiestan las mismas propiedades que en otros lugares de la región andina; la duplicación mediante el clìtico del objeto directo es la regla incluso con objetos directos inanimados, y en los bilingües con menos fluidez, “lo” es  el
clìtico  que se usa con más frecuencia:
Ya lo he dejado la llama.
lo tienes la dirección.
Entonces, el proceso ha constituido [sic] en molerlo todo eso.
Cerralo la puerta.
Mientras tanto, vèmelo al asado.

2) La repetición de clìticos en posición pre-, y posverbal es habitual en el nivel vernáculo:
Lastimosamente, no la he podido conocerla.
Te estoy hablandote yo de acá…y la pregunta lo que lo he hecho es…
      
  1. Los objetos directos pueden no estar marcados por un clìtico explicito y los objetos directos antepuestos no necesitan ser doblados por clìticos.

Aquí están los medicamentos. ¿Cómo ǿ has traído?
Hace mucho tiempo que no recibo una carta tuya. Estoy extrañando ǿ.
  1. Entre los hablantes de quechua con poco dominio del español, se puede adjuntar el prefijo “ri-” a los imperativos españoles, lo que lo convierte en una petición cortès: esperarime, “espérame  por favor”, etc.
  2. Entre la mayoría de los hablantes bilingües y algunos monolingües, es bastante frecuente el uso de “en aquí”, “en allá”, etc.
  3. Los bolivianos bilingües de muchas regiones emplean palabras españolas como partículas del final del sintagma, a veces como calcos de partículas quechuas y aimaras. En las regiones quechuas - hablantes, se puede añadir “y” al final de las preguntas, por énfasis o como apéndice interrogativo.

¿Estás yendo y?   “Estás yendo, ¿no?”
¿Te acuerdas y?   “¿De verdad te acuerdas?”
7) Los bolivianos hablantes de aimara y algunos hablantes de quechua hacen uso de “nomás”, “pues”,”pero” y “siempre”, como partículas de fin de sintagma que señalas el grado de implicación, efecto, etc. Algunas de las expresiones pueden escapar inadvertidas en un principio, las otras variantes del español emplean “nomás”, “pues” y “siempre” (aunque nunca “pero”)  al final del sintagma. Se puede oír una expresión como “aquí nomás” (aquí mismo), en toda la región andina, en México y en gran parte de América Central,  y en otras partes; “vamos, pues” es prácticamente universal, y “¿quieres ir siempre?” (¿Quieres ir después de todo?) es frecuente en México y en América Central.
En el español de Bolivia con influencia aimara, sin embargo, “nomás, pues y pero” (en este orden relativo) pueden combinarse de dos en dos o aparecer las tres juntas con sutiles matices de significado. Laprade ha mostrado que  mientras que “anda” es  estrictamente imperativo, “anda pues” y “anda nomás pues” son progresivamente peticiones más corteses y conciliadores. Otros ejemplos son:
Mirala pues pero
Los dos nomàs pero
Dile nomàs pues pero
Entrà nomàs pues
“Siempre” en el español de las tierras altas bolivianas no sólo tienen el significado de “después de todo, aún”, sino que, cuando aparece.

Bilingüismo histórico y español andino- Rivarola-

La conquista española  tuvo como consecuencia dos importantes fenómenos en el plano lingüístico: la  transculturación   en  algunas áreas  asociada a la desaparición de lenguas vernáculas  y, en el área andina, se produjo una aculturación lenta y compleja (salvo en las zonas costeras donde este  proceso fue más veloz).
      Inicialmente la política de la corona era la rápida difusión del español para lograr la evangelización: fue un fracaso. Por esta causa se debió hacer lo inverso: los españoles tuvieron que estudiar las lenguas indígenas para así lograr la catequización. Esta inversión de planes favoreció la propagación y fortalecimiento de las lenguas amerindias (aún las que no habían llegado en época pre- hispánica)
      El fracaso de la castellanización se debió a diverso factores:
  1. Desproporción cuantitativa entre españoles e indígenas.
  2. El sistema de dominación colonial (poco contacto interétnico)
  3. La enseñanza del español a impartir a todos los nativos sólo consistía en la memorización de oraciones y  fórmulas doctrinales.
  4. Los esfuerzos educativos formales fueron destinadas a los aborígenes principales (curacas y familiares).

      El bilingüismo  en los mestizos se daba por su propia condición y su mayor contacto con los españoles.
      La documentación colonial revela que durante casi tres siglos  naturales americanos  no poseían competencia lingüística castellana.
       Otra perspectiva del bilingüismo andino es el uso del quechua por parte de los conquistadores europeos (para el comercio y la catequización).
       El español andino durante  muchos siglos fue configurándose (con el doble asedio del español y el quichua) en una matriz unificadora de la variedad. Tanto es el alcance este proceso (repleto de préstamos y transferencias) que hasta en la documentación privada se manifestaba. Muestra de ello son los siguientes fenómenos:
  1. Confusión de vocales e/ i  y  o/ u  y reducción de  diptongos: ausinte, subreno,  ovirame, tirra, noybo,  por ausente, sobrino, hubièronte, tierra, nuevo.
  2. Alternancia de pronombres personales o posesivos, referidos al mismo destinatario: tu- vuestra merced, tu- vuestro.
  3. Anomalías de concordancia genérica y numérica: buestro filigaciòn, algùn provisiòn.
  4. Anomalías en el uso de pronombres personales oblicuos : quedaron de enviarle dineros y nunca se lo embicaron.
  5. Anomalías debido a la ausencia de artículo:  y si no enteramos nosotros para tantos trabajos ban los alcaldes y principales ni gobernador esta seguros; nosotros quisiéramos ir a Chuguisaca o Lima a alcanzar algùn provisiòn para descanso de pobres indios.

    
    Actualmente se han identificado en varias zonas andinas no bilingües variedades maternas de castellano que presentan numerosos rasgos desviantes  que corresponden a los patrones de interferencia  que se manifiestan en zonas bilingües. Con esto se hace evidente que no se trata ya sólo de un fenómeno de adstrato sino que la continuidad histórica del bilingüismo ha dado lugar, en zonas que en el presente no son bilingües, a variedades de castellano materno divergentes de cualquier castellano  estándar, las cuales inclusive han sido tipificadas  como variedades criollas o cuasi-criollas (pidgins) . Aunque evidentemente  la formación del castellano andino estándar ha sido determinada claramente por el bilingüismo histórico del área.
      Durante siglos el quechua (o el aimara) y el español han convivido  interfiriéndose  recíprocamente  en sus estructuras, en una relación funcional que ha sido y sigue siendo claramente diglòsica. Pero además el español con fuerte impronta quechua de los bilingües tiene un escaso alcance funcional, limitado como está al uso oral y al escrito de carácter privado en los hablantes alfabetos.

Video: MUNASQ'ECHAY - KJARKAS

Video Oficial: 

KJARKAS

 


domingo, 30 de octubre de 2011

Bolivia: Información general , morfologia, sintaxis y léxico



Para hacer una introducción a la situación sociolingüística del país, tomamos como referencia el siguiente resumen. 

En Bolivia encontraremos diversas variedades del español, como consecuencia de la diferente procedencia de los colonizadores y también a la influencia de los distintos substratos-adstratos, principalmente el aimara y el quechua, especialmente en las tierras altas. En el este, muchos rasgos son comunes con los de Paraguay. 

Para muchos bolivianos el español es su segunda lengua ya que el 60% de los bolivianos habla una lengua indígena. En general, las lenguas indígenas son abandonadas por sus usuarios en cuanto ascienden un poco de nivel social o en cuanto llegan a las ciudades. Estos indígenas o mestizos que hablan español y se identifican con lo urbano reciben allí el nombre de cholos. 

La región boliviana estaba ocupada por la cultura colla o qulla, cuya lengua era el aimara. Antes de la llegada de los primeros conquistadores españoles, a finales del s. xx, llegaron allí los incas, que trajeron la lengua quechua, sobre todo a las tierras altas. 

El primer asentamiento español en la actual Bolivia data de 1535; desde entonces, y sobre todo en la década siguiente, se fueron fundando las principales ciudades de la región. En 1559 se estableció la Audiencia de Charcas, en la ciudad de La Plata. 

Las tierras bajas fueron conquistadas por buscadores de tesoros que venían desde Asunción, en busca del mítico El Dorado. 

Desde mediados del s. xvi España comenzó a explotar las minas de plata de Potosí, que se convirtió en una enorme ciudad de 150.000 habitantes. A mediados del s. xvii, cuando la plata comenzó a escasear, la zona se fue despoblando. 

En el s. xviii la región pasó a depender del virreinato de Buenos Aires, por lo que las tendencias sociales y lingüísticas de Charcas se encaminaron hacia allí. 

Tras la Independencia Bolivia perdió, en guerra con Chile, parte de la zona costera; ello impidió que llegaran los rasgos lingüísticos costeros que comparten Perú y Chile. 

Numerosos indígenas[Campo] han desarrollado una especie de interlecto, un español muy mal hablado, como habla de transición hacia el español. 

La mayoría de los trabajos sobre el español boliviano, basándose sobre todo en la fonología, distinguen tres grandes zonas: 

a) El llano, junto al Pacífico, en donde se encuentran La Paz, Oruro, Potosí, Sucre y parte de Cochabamba. 

b) El Altiplano: Pando, Beni, Santa Cruz y parte de Cochabamba. 

c) Tarija, una pequeña región al sureste. 


Influencias de las lenguas indígenas 

El aimara se habla en la región del noreste, hasta el norte de la provincia de Potosí e incluye La Paz. 
El quechua se habla en el suroeste, en las provincias de Cochabamba, Potosí y Chuquisaca, así como en parte de Pando, en el norte. Comprende las ciudades de Cochabamba, Sucre, Oruro y Potosí. 

En las tierras bajas amazónicas se encuentran otras lenguas, de las familias tupí-guaraní y arahuaca. 

En otro tiempo hubo una importante población africana, que fue llevada a trabajar en las minas. Quedan restos de su folklore, en una lengua afro-hispana. Hoy no es posible rastrear rasgos lingüísticos procedentes de esta población. 

Fonética y fonología 

Características generales a todas las zonas: 

1) Se conserva /λ/ como fonema separado de /y/. En las hablas urbanas se realiza frecuentemente como /y/. 

2) Velarización o caída de /-n/ final de palabra. 

El altiplano 

1) La /s/ se conserva incluso al final de sílaba o de palabra. Suele ser apical. En palabras terminadas en  /s/ + vocal a veces se sonoriza en [z]. 

2) Las vocales en contacto con /s/ se debilitan intensamente, con lo que algunas palabras, como pues o entonces se han lexicalizado en [ps] o [entons]. La reducción vocálica extrema está estigmatizada en las zonas urbanas y se asocia a hablantes bilingües. 

3) En el habla informal /si/ > [š] (sierra, siete). 

4) La /rr/ múltiple suele ser fricativa o sibilante rehilada [ž], con varias realizaciones. Parece que se está generalizando el paso a [ř]. 

5) La /r/ final de sintagma se asibila. 

6) La combinación /tr/ reciba una pronunciación africada. 

7) /x/ posee una fricción velar audible. Ante vocales anteriores (e, i) se aproxima a la región palatal. 

8) /y/ es débil y puede caer en contacto con vocales altas. 

9) Se suele elidir /d/ intervocálica, incluso en hablantes cultos. 

10) Los hablantes bilingües pueden realizar /b/, /d/, /g/ intervocálicas como oclusivas. 

11) Los hablantes bilingües tienden a reducir el sistema vocálico del español a las tres vocales (/i/, /a/, /u/) del quechua y del aimara. Las oposiciones /i/-/e/ y /o/-/u/, por tanto, son inestables. Esto está estigmatizado, lo cual da lugar a ultracorrecciones.  ispalda doili - `me duele la espalda´. 

12) El acento en la 1ª pers. pl. del pretérito imperfecto se desplaza a la última sílaba: cantabamós, teniamós, sufriamós. 


Los llanos (tierras bajas) 

1) No se produce la reducción de las vocales átonas, aunque la /é/ tónica final suele pronunciarse como [i]. 

2) /s/ final de sílaba se aspira; la elisión completa es menos frecuente. 

3) /rr/ y /r/ no se asibilan, ni se africa /tr/. 

4) /-n/ se velariza menos que en las tierras altas. 

5) /b/, /d/, /g/ intervocálicas se suelen elidir en todos los niveles sociales. 

Morfología 

  1. En la mayor parte de Bolivia se emplea el pronombre vos. 

En las zonas urbanas de las tierras altas los hablantes monolingües emplean vos y tú; vos con las formas de tú: vos eres, vos tienes. 
Los hablantes de lenguas indígenas[Campo] usan vos de forma sistemática, con las formas de voseo. En Tarija se conservan las formas de voseo con el diptongo etimológico: vos habláis, vos tenéis. 

2) En los llanos diminutivos en -ingo/-inga y aumentativos en -ongo/-onga, aunque sólo en el habla popular: chiquitingo, poquititingo. Algo  análogo  ocurre  con  los  superlativos  con  el  infijo -nini-: flojininísimo, riquininísimo, lejininísimos. 

3) che como vocativo. 

4) Entre hablantes de quechua se adjunta el sufijo -y a palabras española para dotarlas de un tono afectivo, tono que se intensifica al unirlo al sufijo español -ito: heminatay (`querida hermana´), corazoncitoy. 


Sintaxis 

Las peculiaridades sintácticas están ligadas a la interacción con las lenguas indígenas. 
Entre hablantes con poca fluidez de español se encuentran discrepancias en la concordancia morfológica y en el orden de palabras. 
En los bolivianos que hablan español con fluidez podemos encontrar algunos esquemas: 

1) Se reduplica el od, incluso los inanimados, mediante clíticos. En los bilingües con menos fluidez lo es el clítico más frecuente: 
Ya lo he dejado la llama. 
Tú lo tienes la dirección. 
Entonces, el proceso han constitido en molerlo todo eso. 
Cierralo la puerta. 

2)  Frecuentemente se repiten los clíticos en posición pre y postverbal: 
Lastimosamente, no la he podido conocerla. 
Te estoy hablándote yo de acá y la pregunta lo que lo he hecho es. 

3) Los od pueden no estar marcados por un clítico explícito: 
Aquí están los medicamentos. ¿Cómo has traído? 
Hace mucho tiempo que no recibo una carta tuya. Estoy extrañado. 

4) Entre hablantes de quechua se puede adjuntar ri a los imperativos españoles, lo que los convierte en una petición cortés: esperarime (`espérame, por favor´). 

5) Frecuente el uso de en aquí, en allá. 

6) Los bolivianos bilingües utilizan palabras españolas como si fueran partículas de final de sintagma, como calcos de partículas quechuas y aimaras. Por ejemplo y puede intensificar una pregunta: ¿Estás yendo y? (`¿Estás yendo, no?), ¿Te acuerdas, y? (`¿De verdad te acuerdas?´). 

7) nomás, pues, pero y siempre funcionan como partículas: 
aquí nomás - `aquí mismo´ 
vamos, pues 
¿quieres ir siempre? - `¿quieres ir después de todo?´ 
andá pues, andá no más - peticiones corteses 
A veces se combinan: